miércoles, 5 de junio de 2013


Tenemos algunas preguntas que hacerte:

¿Has intentado dar a conocer todas las situaciones de vulnerabilidad e indefensión que no puedes atender? La falta de dotación presupuestaria o de recursos no debe impedirlo.  Eso podría hacerse informando a lxs Directorxs de los Centros sobre las personas que presentan necesidades sociales a las que no hemos podido dar respuesta. Lxs Directorxs, a su vez, pueden enviar a las Jefaturas del Departamento esta información y éstxs últimxs, reenviarla donde proceda (Concejal de distrito o ayuntamiento, Area de Gobierno, etc.)

¿Has tramitado las ayudas económicas aunque se haya acabado el “insuficiente” presupuesto del año? Dichas ayudas se podrían seguir tramitando si se aprecia la necesidad según nuestra valoración técnica.

¿Has sugerido (o ayudado a plantear) reclamaciones a nuestr@s usuari@s que ven limitados o negados sus derechos? También podemos facilitarles algún modo que les permita organizarse  para la defensa de esos derechos.

¿Te has negado alguna vez a derivar usuari@s a organizaciones benéfico-asistenciales? ¿Y de aquellas que  recortan o niegan los derechos a decidir de las mujeres?.

¿Has dado prioridad alguna vez a aquellas intervenciones que favorezcan el empoderamiento de lxs ciudadanxs?

¿Has solicitado a tu equipo directivo que genere espacios para debatir y proponer estrategias de intervención con el equipo de trabajadorxs socialxs?

¿DÓNDE ESTÁ LA DISIDENCIA EN LOS SERVICIOS SOCIALES?

El Ayuntamiento de GALAPAGAR ha puesto en marcha un proceso de privatización de los Servicios Sociales públicos del municipio. Este es el primer caso de desmantelamiento y -    suponemos- posterior  venta al sector privado,  de este ámbito en la Comunidad de Madrid. Previamente, ya hubo un precedente en otro lugar de España: en la comarca de LOS MONEGROS, donde a finales de 2.009 y principio de 2.010 se entregó la privatización de la Atención social primaria  a una Fundación sin ni siquiera pasar por el necesario concurso público.

La Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales ha revisado la última versión del Anteproyecto de ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración local y en su nota de prensa del 23 de mayo en Málaga, señaló lo siguiente:  “Mentiras, eufemismos e insensibilidad califican a un gobierno sin alma que vuelve a presentar el Anteproyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración local sin incluir ni una referencia a los servicios sociales de proximidad, e ignorando a siete millones de personas que reciben atenciones y a más de cincuenta mil trabajadores de los servicios sociales municipales”.
Y mientras, en los Centros de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, seguimos obedeciendo a la institución haciéndole el juego y contribuyendo a nuestra propia demolición. Estamos aceptando las órdenes que vienen “de arriba” sin cuestionarlas ni rebelarnos contra ellas.
Esta reforma de la Administración local está cargada de ideología; propone un desmantelamiento y venta del sistema de Servicios Sociales que amenaza la equidad y la cohesión social, poniendo en riesgo de paso nuestro futuro profesional y laboral. ¿Vamos a seguir impasibles, temerosxs o paralizadxs? 

No estamos hablando de plantear una revolución pero siendo, seguramente, lxs trabajadorxs más legitimadxs para visibilizar y denunciar la pobreza estamos, sin embargo, participando, -tal y como desean los políticos que quieren acabar con los servicios sociales públicos- de la opacidad y ocultación de todas las necesidades sociales que presentan las personas que atendemos y que no podemos cubrir.

Poner hoy el peso de nuestro trabajo en la atención directa individual sin un compromiso ético y político que ayude a empoderar a lxs ciudadanxs y darle valor a los servicios sociales públicos, sólo sirve para tratar de calmar nuestra angustia frente a las grandes necesidades que presenta la ciudadanía, pero no servirá para defender el sistema público de los Servicios Sociales. En los equipos faltan profesionales (por bajas, por falta de cobertura de plazas, etc.) y son lxs que quedan en los Centros quienes atienden la totalidad de la demanda. Los equipos directivos se encargan, sobre todo y en general, de trasladar hacia abajo todas las consignas y directrices que vienen de quienes dictan las políticas, quedando algunas funciones, como dice Zigmunt Bauman (2.008: 154) “subisidiarizadas a cada empleado de forma individual, pasando de este modo la responsabilidad de los hombros de los jefes a los de los empleados”.

La atención en los Centros de Servicios Sociales recae sobre las espaldas de lxs trabajadorxs socialxs y otros profesionales (auxiliares de servicios sociales y administrativos) ocupando casi todo el tiempo de la jornada, sin dejar espacio para debatir y proponer alternativas a los modos de hacer, para repartir las cargas y responsabilidades en relación con las necesidades que presenta la población y que presentan los equipos,  o  para compartir la angustia e impotencia que producen los graves problemas que atendemos.
No  tenemos mucho tiempo. Esto es cosa de todxs. Los equipos necesitan nuevas ideas y una fuerte implicación ética- política que nos ayude a defender los Servicios Sociales públicos antes de que los despedacen los “depredadores” de las grandes empresas privadas y sus aliados. Y, dado lo deprisa que se están tomando las decisiones que nos afectan, si no lo hacemos cuanto antes, es posible que lo lamentemos dentro de poco tiempo.


Concentración el 9 de junio en Galapagar contra la privatización de los servicios sociales. 
Ven a la concentración con algo de color naranja¡¡
¿Qué es la marea naranja?
La marea naranja es una campaña de protesta por los recortes que están llevando a cabo las administraciones en los servicios sociales. Es naranja porque de ese color son las camisetas con las que nos identificamos. Es marea porque cada vez somos más quienes denunciamos que las políticas de recortes están generando exclusión y acabando con la cohesión social.